Perico se sentía desolado, y tenía motivos para ello…
A pesar de la buena tarde que había pasado con Josefina sus nuevos colegas se habían marchado sin el, y eso le estaba afectando, eran los únicos que le habían dado algo de afecto fraternal desde que se marchara del pueblo que lo vio crecer como persona y ahora, estaba solo, en mitad de la calle, con poco más de 3000 pesetas en los bolsillos y ningún objetivo claro a la vista.
– ¿Que carahao haigo yo ahora? uffff, tengo una jarta de hambre y me tomaría unas cervehitas… envía busca una venta o argo.
Perico se perdió entre las tortuosas calles de Aranjuez hasta que vio una venta, ‘Venta Los Manolicos’ rezaba el cartel de entrada, estaba abierta y parecía estar bastante ambientada para ser la hora que era.
-¡A lah buenah nocheh! – dijo Perico al traspasar el umbral de la puerta.
-Buenas noches – dijeron varios parroquianos a la vez mientras que algunos situados en zonas con penumbra del salón lo examinaban detenidamente.
Nuestro protagonista se encaminó hacía la barra.
-¿Qué desea? – pregunto un bigotudo camarero con algo de panza y rojez en las mejillas, las cuales solo podían denotar una cosa: afición desmesurada al vino de la tierra.
-Pueh la verdah eh que tengo argo de hambre jefe, ¿Qué tiene de menú der día ajin baratito? Que esta la cosa mu tiesa…
-Pues… tenemos solomillo a la pimienta con guarnición, una bebida y postre a elegir, solo a 600 pesetas.
-Uhmm no ehta mal la coza, eh argo mah caro que en mi Ubrique natal pero ehta bien. Me ziento allí enfrente y ponme una jervehita mientra.
Perico se encaminó hacía una esquina no muy bien iluminada del establecimiento, allí podría dar buena cuenta de la cena tranquilamente y pensar que haría en las próximas horas, sobre todo donde dormiría y adonde iría a la mañana siguiente… Todo era confuso para el, había tenido muchas vivencias extremas en los últimos días y se sentía como en una montaña rusa, muchas fiestas, alcohol, desenfreno… y eso para un tío de pueblo como el era ‘musha tela’… quizás debería volver al pueblo, o tal vez a algún lugar cercano pero lo suficientemente alejado como para arreglar un poco sus ideas, puede que Jerez fuera una buena opción, allí gobernaba Pedro Pacheco, y aunque Perico no entendiera de política una mierda le parecía que era un tío que hablaba claro, no como el Adolfo Suárez ese tal finolis que no se entendía un carajo, su tocayo era un tío apañao y seguro que en Jerez habría curro para un hombre formado en la Universidad del campo como el…
Mientras cavilaba y bebía una buena jarra de cerveza entraron un nutrido grupo de personas en la venta, y casualmente eran empleados del mundo de la tauromaquia, en tanto que Perico se cago en sus muertos y en los siete infiernos por no haber ido a la corrida. Con un cartel en el que coincidieron Paquirri, El Cordobés y Curro Romero era pecado no ir a los toros, y encima si podía ir de gratis… era un enfermo pero también era verdad llevaba sin meterla en caliente una buena temporada… ver a sus ídolos siempre podría esperar… al menos tendría que conformarse con esa escusa auto-impuesta.
A todo esto que se le acerco un chaveita del grupo que había entrado antes; el muchacho llevaba mirándolo un rato, cosa la cual escamo a Pedro, ya que un tío no mira a otro tío tanto rato si no es para partirle los hocicos, aun así esperó a ver que pasaba, no estaba en su territorio, allí el forastero era el…
-Buenas noches.
-Güena noche mushasho…
-Mira, disculpe que le moleste mientras cena pero me cuadra con la descripción que me han dado de usted…
-Dsecri.. ¿Qué? – dijo Perico mientras ponía cara de gorrino cagando.
-No hombre, a ver, ¿conoce usted a Josefina?
-zi claro, es amiguilla mía.
-Pues bueno, resulta que su padre se ha tenido que ir urgentemente al sur para atender a un paciente importante y ella se ha ido con el, pero esta tarde un mozo de Don Manuel (ndr. El Cordobés de toda la vida) se ha roto la pierna y se ha bajado con el padre de Josefina y bueno, nos haría falta un sustituto para al menos las siguientes 3 corridas y quizás estuviera usted interesado. Me ha dicho Josefina que viaja con un grupo de música y que quizás aun andarían todavía por el pueblo, aunque solo lo he visto a usted…
-Ya zi, los ‘shiguagua pohtilla’ son mih colegah pero se han tenio que ir a madri que tocaban ehta noshe creo y yo mequeao a jase un poco de turismo que no conohco ehto bien…
-Ahh si claro…bueno, ¿Qué le parece?
-Hmm no je, ¿Qué tendría que jase sastamente?
-¡Bueno! El curro es fácil, solo tienes que ocuparte de menear bártulos y no creo que te cueste, se te ve un tío fuerte. También serás el encargado de sacar a hombros a Don Manuel siempre que salga por la puerta grande, tendrás tareas de aguador y algunas cosillas más que salgan sobre la marcha. Tienes comida y hotel incluidos, viajarás en los buses de la cuadrilla y se te pagara 25000 pesetas por corrida, como en principio solo serán 3 pues te llevarías 75000 pesetas por currar menos de dos semanas, quizás algo más si lo haces bien, y si están contentos contigo los apoderados y Don Manuel puede que haya mas curro… no se, ¿Cómo lo ves?
En ese preciso instante la cabeza de Perico bullía con las caras del Rey Don Juan Carlos, la del Príncipe Felipe, con la de Pérez Galdós y la de Juan Ramón Jiménez… era mucho dinero por hacer algo que seguramente le gustaría, con grandes figuras del mayor arte del Reino y del mundo y viajando y conociendo mundo… iba a ser algo como vivir en Las Vegas para un ludópata o una casa okupa para un punki pero a la española… cutre y con olor a chorizo, pero eso molaba, joder que si molaba…
-¿Cuál eh la ziguiente plaza amigo?
-Pues va a tener usted suerte, la próxima es la Monumental de Barcelona y alli nos tratan como a reyes siempre que vamos, no nos falta de nada, ni vino ni comida ni buenas mujeres para pasar el rato, nos solemos quedar 3 días por allí, uno antes de la faena, el día del curro y otro después… es genial aquello.
Barcelona… para Perico eso eran las antípodas del país, nunca tuvo intención de ir más allá de despeñaperros, así que ir a Cataluña era algo único e irrepetible para el… era como ir al extranjero pero sin salir de una grande y libre, ¡ESPAÑA!
-Güeno, ¿Cuándo nos vamos? – dijo en tono jocoso Perico…
-CONTINUARÁ PROXIMAMENTE-