Hay muchas razones para hacer un artículo hablando sobre esta serie y, para bien o para mal, no todos son relativos a la serie en si misma. Aquellos que navegan con frecuencia por internet se habrán cruzado, casi seguro, de alguna manera u otra con alguna referencia al programa y probablemente seas conscientes de que de un tiempo a esta parte se ha formado cierto revuelo mediático, especialmente por la red y en USA en algunos canales generalistas. En esta serie de 3 artículos intentaré exponer tanto mi opinión sobre el show como, los que creo, son algunas de las razones y síntomas detrás del seguimiento que ha despertado. Sin más dilación, empecemos a hablar del origen de todo esto:
LA SERIE
Lo primero que sorprende es que de una franquicia tan marcadamente femenina, infantil, cursi y alienada como es la archiconocicda “My little pony” haya surgido una serie capaz de focalizar tanta atención y buenas críticas. No voy a entrar en analizar los orígenes de la marca ni sus características porque creo que son más o menos conocidas y tampoco vienen demasiado al caso. Una simple imagen basta para comprobar a primera vista las diferencias entre esta serie y sus predecesoras.
Ejemplo gráfico de como una purga de azúcar puede mejorar una serie
Como puede apreciarse, el estilo de dibujo ha cambiado a uno mucho más sencillo y colorista. A poco que uno vea algunos minutos, puede apreciar que el diseño y la animación son dinámicos y expresivos, lo cual creo que ha contribuido a posteriori a la miríada de imágenes, gifs y demás que se ha desatado en torno a sus personajes. Si tuviera que definirla en una sola palabra seria que es “simpática” (o nice, que dirían los angloparlantes) Pero ¡siguen siendo ponis con dibujitos en el culo! ¿Por qué demonios la serie tiene tantos fans?
En mi opinión, esta serie pertenece a la misma categoría en la que podríamos clasificar a otras como «Bob Esponja», «Phineas y Ferb», «Dave el Bárbaro» o casi cualquiera de Cartoon Network (por citar unas pocas) enfocadas, como es lógico, a un público preferentemente infantil-adolescente pero que cuentan con un sentido del humor que no conoce de edades. La razón puede recaer en su principal responsable creativa: Lauren Faust, responsable de otras series como «Las Supernenas»,»Foster, la casa de los amigos imaginarios» o » Codigo: KND».
La propia Faust explica que cuando le propusieron participar en la serie tuvo sus recelos. La franquicia nunca le había atraído especialmente por considerarla estereotipada y alienada, quizás por eso mismo sus esfuerzos se dirigieron a crear un producto diferente y que fuese disfrutable tanto por las niñas como por los padres que tuvieran que aguantar la serie que su pequeña se encapricharía en ver. Este es un rasgo que Friendship is magic comparte, no solo con las series antes mencionadas, sino con otras obras de la gran pantalla como pueden ser las películas de animación de Pixar o Dreamworks: la consideración de que un producto “para todos los públicos” no tiene que ser estúpido o infantiloide. Aprovecho para decir que esta clase de animación es, en cierta forma, un privilegio con el que contamos nuestra generación y que también es extrapolable a otros medios dirigidos en sus orígenes a los más pequeños como pueden ser los videojuegos o los comics (aunque ciertamente este último sufrió una sofisticación décadas antes de que naciéramos).
¿Qué se puede esperar entonces de esta serie? Pues lo dicho: ni más ni menos que una buena serie de animación apta para todas las edades. Su gran acierto es no masticar en ningún momento más de lo que puede tragar. La ya mencionada expresividad de los personajes, la acción dinámica, el humor simple pero no idiota, congruencia con su propio contexto y un detallismo muy de agradecer son sus principales virtudes. En todo momento ofrece un producto muy simpático, pero siempre manteniéndose dentro de sus límites (por ejemplo: los personajes nunca reciben un daño físico real). Pero sobre todo: en ningún momento sentirás que están insultado la inteligencia del espectador.
¿Merece la pena verla? Si me preguntas a mí, desde luego si disfrutas de los dibujos para todos los públicos no encontrarás en esta serie ningún motivo por el que no debieras verla. Obviamente, puedes tener preferencia por otras series o directamente puede que no te agraden las series de animación, pero creo que la obra en si misma tiene pocos puntos negativos.
No es «Lost», no es «Los Soprano», no es «Fringe». Sencillamente es un show con el que puedes disfrutar de un rato divertido y que probablemente te muestre que no hay franquicia mala, sino malos enfoques. Mi consejo es que no os dejéis llevar por opiniones externas que la vilipendien o la vanaglorien como la panacea. Tanto si crees que la serie no es para tanto como si crees que te va a gustar busca cualquier capitulo en youtube y júzgala por ti mismo. De hecho animo a los lectores a que lo hagan y compartan sus opiniones en blog.
Eso si, conviene apuntar que los dos primeros capítulos, que sirven de introducción, no se adaptan demasiado a lo anteriormente descrito, contando una historia en la que interviene la sempiterna profecía de un antiguo mal a punto de resurgir y la búsqueda los llamados “elementos de la armonía” (sic) que (¡Oh sorpresa!) están encarnados en las protagonistas de la serie.
Notareis que no he hecho ninguna referencia a los personajes protagonistas, el trasfondo o el argumento de la serie en si misma. Se debe a que estos artículos no se limitaran al propio programa, sino también a su cobertura y repercusión; además estas cosas podéis encontrarla fácilmente a poco que busquéis en Internet y no veo adecuado detenernos en ella.
No quisiera terminar este artículo sin recomendaros una curiosidad: un artículo donde se critica a la serie y la respuesta que la propia Lauren Faust da a dicha reseña. Si manejais la lengua de Alan Moore (¡que te follen Shakespeare!) es bastante interesante leer al creador de una obre responde directamente a una critica de la misa:
– Artículo » My Little Homophobic, Racist, Smart-Shaming Pony» http://msmagazine.com/blog/blog/2010/12/09/my-little-homophobic-racist-smarts-shaming-pony/
– Artículo de Lauren Faust «My Little NON-Homophobic, NON-Racist, NON-Smart-Shaming Pony: A Rebuttal» http://msmagazine.com/blog/blog/2010/12/24/my-little-non-homophobic-non-racist-non-smart-shaming-pony-a-rebuttal/
En la próxima entrega os hablaremos de… ¡los bronies! (Y no, no de esos rellenos de yerbajos raros precisamente)
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